domingo, 1 de noviembre de 2009

Luis, el visor



Cada mañana en que la maleza es sacada,

los hombres despiertan descalzos,

beben agua clorificada y

escuchan con certeza la mutilación de la maleza.


La maleza muere fuera de sí.

Puede ahora ser cualquier cosa,

pero sigue siendo

esa indeseable mortalidad rutinaria.


Los olores matutinos

son la identidad de Este Día.


La cera escurrida por los pisos de madera,

la que se derrite, fundiéndose en el piso.

El aroma de la enfermedad usual,

las extensiones del propio cuerpo

en los estertores de esa enfermedad:

sí, mejoramos cada día.

El pan horneado, la alegoría de la imaginación.


Las venas se agitan en esta actividad.

Las venas, más bien, soportan la turbulencia

de la bullente sangre que se derramará

por los huecos del cuerpo, de esa ostra

que es nuestra comarca.


Las burbujas explotan,

dilatando el comportamiento.

Todo es un exceso en este momento,

todo parece suficiente

y justificado.

Es un éxtasis poco novedoso.


Se fraguan los charcos de siempre

desde donde la Maleza Inicial

vuelve a surgir.

lunes, 26 de octubre de 2009

Bienvenida o Fundamento



A Media Colina se estará, con un crucifijo, quizás, con nuestras palmas empolvadas, o nuestros pies magullados.

De reojo miraré la acequia imperturbable.

Miraré el verde claroscuro que no cesa de aclararse y oscurecerse. Miraré su verde centellante, sin culpa y sin gloria, comprendiendo mi finitud.

Calzado incómodo (acomodado a). Piernas de reptil. Náuseas microscópicas. Y menudencias naturales y artificiales.


Partir, de lejos y de cerca.