viernes, 2 de abril de 2010

Tú, Tierra

Tierra, tú guardas el viaje de la luz,
te la impregnas con vigor,
y su otrara resplandor
es ahora un verde independiente
o un amarillo incandescente;
un mineral de las plantas,
la vestimenta de nuestros antepasados,
la claridad de nuestro pasado.
Tierra, tú cuidas nuestras memorias
como palmas maternales
que calculan en una danza
la temperatura del néctar materno.
Tú mezclas nuestra nostalgia
con la fricción del tiempo.
Tú nos das posicionamiento y
vuelves a hacer palpitar nuestras venas.
Tierra, tú nos excedes en vejez
porque nuestra edad, nuestro tiempo,
se perpetúa en ti.
Tierra, tú que recuerdas
la arritmia de nuestras costumbres,
tú que lates con ellas
y nos permites compartir tu corazón
cuando el nuestro ha abandonado su latido,
tú que sabes el secreto de nuestros muertos,
tú que soplas el ayer y con él
nuestro silencio imperturbable.
Tierra, tú me golpeas fuerte ahora
cuando hablas sin palabras
nuestro dolor de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario